No me llama la atención ir a buscar el nuevo año a una juerga de esas multitudinarias. No digo que no sean divertidas. Me ha gustado alguna vez perderme entre esa vorágine de cientos de cuerpos saltarines, pero no por la fecha sino simplemente por el hecho de tanta gente saltando y bailando en un ambiente como el de "La Abadía" por ejemplo. Porque todo ese humo de colores me recuerda una extraña y lisérgica niebla. Y la niebla, los que me han seguido desde hace bastante ya, saben como me gusta.
Pero este ultimo día no tengo mas ganas de escuchar otra cosa que este blues maravilloso. Que también me trae imagenes de humo flotando como una nube sobre las cabezas en un local de copas con música de blues de fondo.
Ya hace demasiados años que deje de fumar, pero no me importa estar rodeado de ese humo en esos momentos.
Aunque reconozco que también me trae imagenes de una habitación a oscuras con los ojos cerrados y ella apoyada sobre mi pecho en esa posición extendida y mis brazos rodeandola bajo sus pechos maravillosos, dejando que la música nos envuelva en negro.
Porque es maravilloso el sonido de ese órgano cuando ataca los primeros compases de la canción que te puede transportar a un lugar, un espacio y una compañía que ya jamas podrán ser.
Tenia un tío muy viejo (verde, también) que siempre el día 31 de diciembre cuando daban las doce menos dos minutos se ponía a echar una meada y decía: -¡ Me meo en el año que acaba y en el que empieza por si acaso...!
Yo pondré esta canción y así acabare un año y empezare otro con ella. (la canción)
Debería decir esas chorradas que decimos continuamente estos días , a veces mecánicamente, pero mejor que no.
¡Ala! ¡Al infierno. Que es mas divertido!
tonYerik