Me siento como algún extraño que regresa al rincón creado para refugiarse y que ha dejado de visitar por temor o tal vez por estar de mas en este lugar.
Es de noche, vengo en silencio buscándote como siempre, se que quizás no estarás porque lo presiento, pero aún así introduzco la llave en la cerradura siguiendo tus instrucciones.
Silencio y cartas dirigidas a ti me encuentro a cada paso, se que ya no te hago tanta falta pero aún así quiero estar aquí, he dejado mi equipaje en la entrada, no sea que me encuentre con algo que me haga salir rápidamente.
El corazón me late demasiado aprisa y no logro acallarlo, no quiero que te despierte de tu sueño que se es profundo.
Tengo tanto que contarte, tanto que decirte, necesito tu hombro para llorar mis desengaños y mis andares lejos de ti, pero no se si estarás tu dispuesto a oírme, no lo se, pero quiero soñar que aun puede ser.
¿El porque nos dejamos?, lo sabes bien, no supe manejar inteligentemente la situación y tu, si, tú, te las ingeniaste para dar en el traste con todo, por no creerme que no era lo sensato lo que ibas a hacer, ¿y que resulto? decisiones difíciles y dolorosas, pero aquí estoy de nuevo.
Me hacen falta tus noches y tus silencios, tu música y tus olvidos, tu falta de atención a mis palabras, pero eso si, tu presencia mas que nada.
