Lo he visto sin hojas, luego unas pequeñas yemitas verdes y unas hojas ínfimas después. Otra vez las hojas ya eran verde oscuro y grandes, muy grandes. Ha estado ahí tras la tapia de mi terraza desde toda la vida. Mucho antes de que viniera a vivir a esta casa cuando dejo de ser un hotel y se convirtió en un bloque de pisos.
Le hice mil fotos. Al salir el sol, al ponerse, con tormenta...
No se cuantas.
Un día de agosto de pronto apareció una de sus ramas que nunca antes habían traspasado la tapia con dos moras rojas, como quien quiere ofrecer un regalo.
Alguna vez he acariciado sus hojas, era como si fuera mio quizás por el tiempo que hacia que lo tenia ahí al otro lado de la casa.
Esta tarde he oído un run run cansino y no he reparado mucho mientras miraba una película. El pequeño diamante en su jaula saltaba inquieto de un palo a otro, pero como es un histérico este pájaro no le he dado mayor importancia. Hasta que de pronto sobresaltado por una terrible sensación he saltado de mi hamaca y he salido a la terraza. El ruido cesaba, pero el cielo ahora se veía en todo su esplendor. Nada ya se interponía entre mis ojos y ese azul que por una vez no me alegre de ver.
La tapia es demasiado alta para ver lo que hay al otro lado, pero yo horrorizado me lo estaba imaginando y cuando todo se quedo por fin en silencio, tomando la escalera de aluminio al fin me atreví a asomarme tras la tapia.
Ya no volveré a fotografiar esas ramas que entre lo tupido dejaban a veces al atardecer ver las torres y los palomares de San Francisco teñidos de rojo.
Ya no tengo morera que apoye sus ramas sobre mi terraza.
(para ver las fotos grandes pinchar en ellas e ir a mi pagina en Zooomr)
mi morera
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Deseo
Gracias. Ginebra
Gracias Morgie.
gracias Sakk.
gracias Morgana
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4 comentarios:
Una lástima que una planta tan hermosa como ésta sea arrancada de su lugar.
Bellas las imágenes Tony.
Besos.
Morgana.
Nada es para siempre, unas veces porque llega el día y otras porque lo elimina el hombre. Pero nada termina, todo vuelve a empezar.
Un abrazo.
Mientras estuvo, te dio su belleza y sus colores, eso siempre lo tendrás aunque ahora hayas de acudir al recuerdo y a las hermosas fotografías con las que has dconseguido inmortalizarlas.
Un saludo Á.
Pero la guardas en el recuerdo, en las fotos, en la vida. Siempre hay pequeñas cosas que nos rodean que nos dicen a través de los años que seguimos vivos, que nos movemos, que sentimos. Hermosa esa morera que te dio tanto. Seguro que tienes otro rincón al que dedicarle esos momentos de sentirse tú mismo.
Besos
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