. . . . . . . . . . . . . . . . . . . Deseo . . . . . . .

Tony

Como tantas mañana de domingo salgo temprano,  me gustan las calles vacías de gente y si como hoy, la niebla a ratos cubría partes del pueblo a pesar del frìo húmedo lo disfruto aun mas.

Por eso pensé que ese lugar que he fotografiado con lluvia, sol, nieve o como quiera. Debía estar hoy con esas luces simplemente diferente. Y vaya que si. He aparcado el viejo cuatro latas en la cuneta de la estrecha carretera que sale del barrio de Huertas a la que va hacia Plasencia y he comenzado a disparar fotos.

Se que pido a veces a mi cámara que haga lo que a mi me gustaría plasmar en un lienzo, pero también se que eso es practicamente imposible, porque tan solo es eso, una maquina sin alma ni sentimientos. Pero a veces puede sorprenderme con lo que en parte subsano mi frustración de no coger de nuevo los pinceles y ponerme a ello.

He tirado muchas, muchos colores.

A veces el sol se filtraba entre la neblina y quería a pesar de esta llenarlo todo. Pero tan solo un remedo de luz de la que el, es capaz en un día despejado.  Brillos fantasmales a veces se filtraban entre las ramas de los arboles y la humedad y el viento traían olores de musgo de los cipreses del cementerio situado no muy lejos de allí.

Una mañana extraña llena de belleza y de ocres por doquier.

Al final parece que el otoño apareció con su explosión de colores mortecinos, hoy.




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