. . . . . . . . . . . . . . . . . . . Deseo . . . . . . .

Domingo por la mañana, mi cuatro latas verde fosforito (era) aparcado a la intemperie mas barbara aparecía de color blanco por los cuatro costados. El sol empezaba a dejarse ver pero aun le quedaría para derretir el hielo nada que unas botellas de gaseosa llenas de agua tibia no pudieran arreglar (de momento, porque al rato ya habían empezado a hacerse hielo. Pero anoche no había un maldito aparcamiento civilizado vació. El fin de semana vuelve a traer domingueros de la capital a pesar del frío o las fiestas.

Pensé que con tanto hielo seria casi imposible arrancarlo, pero no, el viejo se niega a perecer y arranca a la primera.

Total para nada porque el hiper no cerraba hasta altas horas de la noche. Lo he colocado al sol para que sus huesitos vayan calentándose que ya no tiene edad para estos fríos.

Bufanda hasta las orejas y polar sobre la sudadera negra y a comprar el periódico que es lo que siempre me ha gustado hacer a primerisimas horas cada domingo. Si, recuerdo que en Madrid me gustaba hacerlo en primavera por el paseo del Prado. Aquí en inviernos fríos como este me gusta subir a la plaza mayor y atravesarla por lo general vacía a estas horas. Aun que tan solo roto el silencio por el deambular de los camareros preparando las mesas de las terrazas. Comprar el periódico y volver a ella ojeando los titulares.

Pero esta mañana me he topado con algo con lo que nunca habría pensado que podría encontrarme. Aunque pensándolo bien, en una ciudad medieval como esta mía tampoco seria demasiado descabellado.

Lo cierto es que al llegar a la altura del arco que me sacaría de la plaza  justo a la puerta de la cafetería "El medievo" he visto un cruzado hablando por un teléfono móvil. He vuelto a concentrarme en el periódico sin darle la mayor importancia y he salido de la plaza hacia abajo. Pero unos pasos mas abajo a la altura del  pub donde suelo los sábados tomar el aperitivo me he parado y he girado la cabeza. Naturalmente no había nadie bajo el arco de Sillerías pero he vuelto tras mis pasos a la plaza y en efecto nadie en la puerta del Medievo. He cruzados los soportales y he llegado hasta arriba del todo junto a la tienda de souvenirs donde si había un cruzado, un muñeco en el escaparate al que he tirado una foto.

Me lo he imaginado o ¿habia un cruzado hablando por teléfono? El frió de la mañana en las meninges no puede ser bueno, he pensado. Y mira por donde al pasar justo ante la cafetería. Ahí en la barra apoyados no uno, dos cruzados con sus espadones y todo tomando café y charlando como si fuera lo mas natural del mundo.

Así es que no le he hecho el menor caso (luego pensé que debería haberles hecho una foto) y he seguido mi camino de nuevo concentrado en el periódico.

Vuelta al mundo real y de pronto la certeza de que este mundo nuestro (mas bien de los mercados) se esta yendo por la taza del water irremisiblemente.

Felices fiestas o lo que sean...

tonYerik


Pd:
Me encanta seguir  descubriendo canciones como esta. Es de esas que invitan a cerrar los ojos y escuchar despacio sin hacer otra cosa y volver y volver a ponerla porque te hace pasear por aquellos lugares que describe y ver como una película. En fin que gracias al cielo iré descubriendo pequeñas joyas así. Y eso quiere decir que el hombre no es todo lo materialista que al final nos quieren hacer pensar.

Esperanza.